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"La educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad a la que no le teme, sino que busca transformarla por solidaridad, por espíritu fraternal.”


Paulo Freire


“La educación, como práctica de la libertad, implica la negación del hombre aislado del mundo, propiciando la integración.”

Topía


viernes, 12 de junio de 2020

El carnaval en la República Argentina



El origen del  carnaval en la República Argentina

Por Prof. Silvia Roxana Leys

          Los carnavales en la República Argentina comenzaron a celebrarse con la llegada de los españoles, durante la mitad del siglo XVIII. Eran y son  fiestas populares paganas de iniciativa popular. No obstante, se practicaban tomando en cuenta cuarenta días antes de la Pascua Cristiana, la cual se recuerda todos los años en Semana Santa, ya que los habitantes de esta Nación siempre han sido mayoritariamente cristianos.

          En un principio eran fiestas de mucho color, bailes y algarabía. Por eso, Juan José Vertiz instauró los bailes de carnaval, en el año 1771.

          Seguidamente, en 1775, el Virrey Arredondo decidió prohibirlos por causa de los daños y perjuicios ocasionados entre semejantes, o sea, en la práctica se falta el respeto a las buenas costumbres. Esto era  porque se tiraban harina, huevos podridos y agua que estropeaban las vestiduras tan costosas.

          Sin embarco, durante la época de Manuel de Rosas los carnavales se practicaron igual en privado.

          Por un lado, la élite social se reunía en alguna casona para tirarse agua y huevos entre sí, especialmente era el juego preferido por las damas de alta sociedad.

           Por el otro, los pobres negros en general también se reunían en algún lugar para celebrarlo, pero de otra manera. Ellos se divertían bailando y cantando al ritmo del “Candombe”. Dentro de este, preparaban  “El día del entierro”,  el cual consistía en quemar un muñeco de paja al que llamaban “El Judas”.
           
          Por lo tanto, en 1839, debido a que la población de Buenos Aires celebraba el carnaval en privado se permitió tres días de juegos, donde podían usar máscaras con permisos especiales, exhibirse en las comparsas y tirar fuegos artificiales.

          Los carnavales al principio parecían bastante inofensivos y se cuestionaban por  insignificancias, pero pronto surgieron los verdaderos problemas. Ya que en estos, los malhechores aprovechaban a efectuar sus vandalismos, derivando en peleas, borracheras, violaciones, robos y hasta asesinatos.  

          En consecuencia, el Gobernador Rosas influenciado por la curia prohibió el Carnaval mediante el Decreto del 22 de febrero de 1844.

          Recién en 1869, el presidente Domingo Faustino Sarmiento lo restableció con mucha alegría. Fue el primero en concurrir a todas las comparsas, murgas, corsos, juegos de agua, etc. Por consiguiente, los integrantes de las comparsas le obsequiaron una medalla alusiva y lo nombraron “El Emperador de las máscaras”.

          El carnaval antecede a las Pascuas cristianas, a la época en que los fieles deben procurar acercarse más a Cristo Jesús cumpliendo ciertos ritos de abstinencia. Por lo que se considera al carnaval  “el tiempo de oscuridad”  donde se permite disfrazarse y en cambio, en las Pascuas “tiempo de Luz”, es donde se necesita ser auténticos. De esta manera se representan los tiempos judíos y cristianos, es decir, tiempos de Ley y de Gracia.

          En la ciudad cabecera del Partido Almirante Brown también se celebraron los carnavales. Como por ejemplo, el Carnaval de 1903 fue memorable.

          Según el Diario La Razón del año 1903, había dos corsos, uno sobre la calle Esteban Adrogué y otro sobre Bynnon y Drumond.

          El corso de la calle Esteban Adrogué se extendió  hasta la estación del Ferrocarril Adrogué debido a la gran cantidad de carruajes. Hubo juego de agua, serpentina y flores el cual se sostuvo toda la noche alumbrados por la luz eléctrica, provista de un motor de usina local, colocado en 1890. Aunque con algunos cortes de suministros de luz repentinos, donde por momentos se encontraron netamente en la oscuridad.

          El corso de las calles Bynnon y Drumond también fue muy concurrido pero debido a lo dispuesto por el jurado a la hora de entregar los premios hubo disconformidad, ya que seguramente habían favorecido a alguien sin merecerlo. Por tal motivo, ante los incidentes la gente se dispersó tan rápidamente que no duró lo previsto. Los grupos que rechazaron sus premios fueron: “Marina Estrella del Sur” y “Habitantes de la luna”. Evidentemente, en este lugar no disfrutaron el Corso.




Espacio museográfico de mi autoría. Objetos restaurados por Fernando González y Gloria Cruz.
Planta baja del edificio histórico "La Cucaracha".

CANDOMBE
https://www.youtube.com/watch?v=WNFiZpNzhYs
https://www.youtube.com/watch?v=QnUqJIjLzh8
https://www.youtube.com/watch?v=-52DYOpeMuc


Señora cosiendo en una máquina de coser de marca Singer.
Buenos Aires 1911.
Documento fotográfico. Inventario 36619.


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