Visitas Guiadas Educativas


"La educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad a la que no le teme, sino que busca transformarla por solidaridad, por espíritu fraternal.”


Paulo Freire


“La educación, como práctica de la libertad, implica la negación del hombre aislado del mundo, propiciando la integración.”

Topía


domingo, 28 de junio de 2020

De lo colonial a lo italianizante





De lo colonial a lo italianizante
Por Prof. Silvia Roxana Leys
          
           En época colonial la ciudad de Buenos Aires  vista de lejos tenía una fisonomía lóbrega, debido a que las pocas casas construidas eran uniformes, parduzcas, muy amplias y con techos de tejas moruna. Solo resaltaban los campanarios de los numerosos templos y conventos.

            Por lo general las edificaciones eran bastante deficientes, de un solo piso. Algunas poseían azoteas, altillos con balcones salientes y casi todas frentes con amplias rejas voladas, las que ofrecían una gran vista hacia las calles de tierra y resultaban muy útiles en época estival, ya que las personas podían dormir con las ventanas abiertas sin riesgo a robos. Las decoraban colgando de estas macetas con gran variedad de plantas.

           Pero la reja histórica de Jerónima San Martín y Ceballos fue la que se distinguió de todas las colocadas, ya que tras la victoria de  la batalla de Chacabuco, liderada por el General José de San Martín, mandó a hacerla para celebrar el acontecimiento. En esta se podía leer: “Viva la Patria, 1817”. Y por eso,  increíblemente los vecinos la criticaron muy duramente, a tal punto que publicaron el descontento en los diarios de la época.

Reja de la colección de Museo Histórico Cornelio de Saavedra

 https://www.buenosaires.gob.ar/museos/museo-historico-cornelio-de-saavedra



            Aunque simples y sencillas, las viviendas, casi todas eran cómodas y espaciosas, de anchas paredes de ladrillo crudo, los cuales estaban asentadas en barro. Estas se veían blanqueadas tanto en su vista  interior como exterior. Sus techos no tenían cielos rasos y los pisos eran de ladrillos en los menos pudientes o de baldosas, en las de los más adinerados. Eso sí, todas estaban compuestas de un solo cuerpo, con tres patios, habitaciones en fila y con dos ventanas enrejadas colocadas en ambos lados de las puertas tachonadas.

            Los patios principales ostentaban naranjos, magnolias, enredaderas varias,  jazmín del país y el infaltable parral de uva moscatel.

            Todas las construcciones se destacaban por el aire, la luz y la holgura. Además,  poseían depósitos de agua de lluvia para consumo humano y pozo con balde para usos higiénicos. Aunque,  pocas eran las que tenían aljibe.

             La opinión general era común, la ciudad de Buenos Aires parecía Sevilla, de España. 

             En cambio, en los comienzos del Partido Almirante Brown los diseños de las casas quintas presentaban mezclas de estilos debido al impulso creativo de los ingenieros Nicolás y José Canale, quienes se distinguieron arquitectónicamente por el dejar de lado el estilo colonial para dar comienzo a un nuevo movimiento arquitectónico. Además, debido a los vecinos ingleses  se construyeron muchas viviendas de estilo inglés, más aún con la llegada de los Ferrocarriles del Sud y Oeste.  


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